7 Diciembre 2008 de Gabriel Cruise
Articulo New York Times
Ante las numerosas peticiones de información sobre Luis Soriano, y su bonita y solidaria iniciativa en medio de una zona colombiana devastada por guerra vuelvo a publicar de manera actualizada la historia de Biblioburro.
“La historia de Biblioburro parece sacada de un relato de realismo mágico, pero es mucho más que eso. Es una historia que ejemplifica la voluntad humana, el tesón y el profundo compromiso de un humilde maestro rural con la gente de su país.
Como todos los cuentos tiene un principio… “Todo comenzó en el pequeño y perdido pueblo de La Gloria, cuyo poético nombre quedo eclipsado en los mapas y la literatura mundial por su proximidad geográfica al famoso Aracataca, que inspiro el mítico Macondo de García Márquez. Pero hace 10 años ese dato no amilano a un humilde maestro llamado Luís Soriano, y menos el día que decidió colocar sus 70 libros en las alforjas de sus dos burros, a los que más tarde llamó Alfa y Beto, y establecer un sistema de biblioteca ambulante para recorrer toda una zona devastada por la guerra.”
Soriano creía que llevando y prestando libros a la gente que no los tiene y enseñándoles a leer mejoraba las condiciones de vida de los habitantes de su empobrecida región y de Colombia. Por ese motivo en su recorrido semanal a lo largo del camino realiza numerosos paradas para leer fragmentos de los libros a los niños que le aguardaban para tomar en préstamo sus libros. Así en medio de ese clima de violencia, durante todos los fines semana de los últimos 10 años, su obstinación le ha hecho atravesar junglas, valles y ríos de una zona inmersa en una guerra civil y transportar a lomo de sus burros, miles de libros como novelas, textos, pesados tomos de enciclopedias, y diccionarios pertenecientes a su biblioteca personal los cuales ha ido adquiriendo con su modesto sueldo de 350 dólares mensuales.
Según Soriano “Biblioburro comenzó como una necesidad suya, luego fue una obligación, que después se convirtió en una costumbre. Ahora es ya una institución compuesta por un hombre y dos burros, que es lo mismo que diez patas”.
Soriano que nunca había viajado fuera de su comarca y menos del país, poco a poco ha traído el mundo a su tierra en los lomos de sus burros. Su novel iniciativa ha llamado la atención de importantes personalidades de la cultura y la educación en su país hasta el punto de que el director colombiano Carlos Rendón Zipaguata ha decidido hacer un documental sobre la historia de Luís Soriano y su Biblioburro.
Hasta tal punto ha crecido el sueño de Soriano que su fama ya no se limita a Colombia, ayer el prestigioso diario The New York Times publicó un artículo de Simón Romero sobre Biblioburro. La pequeña institución de Soriano ya cuenta con 4,800 libros y con 300 personas que regularmente toman prestados libros. También su fama le ha permitido viajar por primera vez hasta Bogota. Allí según sus palabras, aun medio impresionado por las colecciones y por el imponente diseño Art Deco del edificio de la Biblioteca Nacional se sintió ordinario y entendió de que su lugar esta en Biblioburro, con la gente de su tierra y con sus dos burros Alfa y Beto tan obstinados y comprometidos como él.
Biblioburro no es un cuento de García Márquez, es mucho más que eso … es una increíble historia de compromiso y solidaridad, también de la obstinación de este quijotesco colombiano de llevar esperanza y cultura por todos los rincones de su tierra. Demuestra que cuando el hombre tiene voluntad y se propone con sinceridad hacer cosas que mejoren la vida de sus semejantes no hay límites para su acción. ¡Que mucho podrían aprender todos nuestros bo-bos ministros, los políticos y los rebaños que les votan, de este gran hombre y de sus dos burros Alfa y Beto y de todo lo que han podido hacer por su gente! ¡Tanto con tan poco dinero y recursos, que hacen que todos ellos luzcan como una banda de analfabetos!”
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