martes, 1 de diciembre de 2009

El mirador del bendito Ricardo Sanz





La primavera temprana de Nerja se deja sentir en el aroma a azahar de los naranjos de la plaza Cantarero. Miro hacia el pico de la Maroma y respiro profundamente, luego vuelvo mi mirada al suelo para seguir barriendo, pero el escobazo que he soltado, se para en seco, de la alcantarilla asoma una pequeña flor amarilla, "no seré yo quien acabe con ella", me digo, y me inclino para mirar a través de la reja el milagro. Una lágrima se me escapa y cae por el desagüe urbano. Cada brizna de hierba -dice el Talmud tiene un ángel que se inclina sobre ella y le susurra: crece, crece". Reparo en esa semilla que fue a parar a la alcantarilla, admiro su coraje para deshacerse de la coraza en la que podría haberse mantenido encapsulada cientos, quizás miles de años; siento sus raíces ahondándose en lo oscuro y lo umbrío; acompaño al blando tallo en su crecimiento hacia la luz de¡ sol y aprendo de esta planta su aceptación de todos los desafíos y peligros con tal de convertirse en aquello en lo que está destinada a ser; me maravilla su comunicación con la existencia, con la humedad del detritus humano, con esa grieta en el cemento que ha aprovechado para crecer.

La planta no califica su situación de buena o mala, no pierde el tiempo y su energía en lo que hubiera podido ser si hubiera nacido en un hermoso valle, en la ladera de una bella montaña o en un jardín zen; ella está en comunión con todo lo que la rodea, todo lo acepta y se da entera en esta pequeña flor amarilla. Por eso me arrodillo en el suelo para olerla y detrás del pestazo a cloaca percibo una fragancia que no se capta con la pituitaria, si no con el corazón, esa fragancia que dejan las hadas cuando se cruzan en mis días. Inspiro hondo ese aroma y sigo barriendo, bajo un radiante sol llueven flores en mi interior y celebro la primavera eterna que ha despertado en mi ser esta anónima flor. El crecimiento del ser es interior y sólo alcanza su plenitud en el amor.


REVISTA SE LECTOR 2009

martes, 24 de noviembre de 2009

RANAS DE WIKIPEDIA


Ruido de agua



La observación de la naturaleza ha sido, desde siempre, una fuente de inspiración para miradas y corazones sensibles y, también, para personas preocupadas por su conservación. A finales del siglo XVII, el maestro Bashô compuso el haiku más famoso de la literatura japonesa, cuando observó una escena parecida a la de esta fotografía

Un viejo estanque,
se zambulle una rana,
ruido de agua.


El haiku es un poema breve japonés de 17 sílabas, repartidas en tres versos sin rima, que describe un acontecimiento, a menudo trivial, que llama la atención del poeta. Los protagonistas son la naturaleza, la realidad, lo que perciben nuestros sentidos, lo que está sucediendo en este lugar y en este momento, en palabras del propio Bashô. Estas imágenes se asocian a sentimientos nostálgicos, humorísticos e incluso filosóficos y religiosos, procedentes estos últimos del budismo zen. En occidente esta delicada forma de escribir empezó a influir seriamente a principios del siglo XX, y a plumas tan relevantes como las de D.H. Lawrence o la del irlandés James Joyce, entre otros. Todos ellos buscaban en el haiku la esencia concentrada de la poesía pura.

¿Por cuánto tiempo seguiremos escuchando zambullidas de rana? Nuestros anfibios no están pasando por un buen momento. La transformación del medio y la pérdida de masas de agua por descenso del nivel freático y su contaminación por pesticidas, la destrucción o quema de la vegetación ribereña, su captura y comercio como mascotas o para fines medicinales, el calentamiento global, las deformaciones y muertes provocadas en los huevos y adultos por el aumento de las radiaciones ultravioletas a causa de la destrucción de la capa de ozono y la aversión que todavía estos animales tan útiles provocan en muchas personas están poniendo en serio peligro de desaparecer a muchas de estas especies en el planeta. Sentémonos en la ribera, luchemos para que el agua pueda seguir hablándonos.


TEXTO Y FOTOGRAFÍA: Francisco Márquez Ranita de San Antonio, en humedales de Toledo.

REVISTA INTEGRAL 2009

jueves, 19 de noviembre de 2009

EL ION O EL ORIGEN DIVINO DE LA POESÍA.

MOMENTOS DE UN DIÁLOGO PLATÓNICO



SÓCRATES.- Yo lo , Ion (...) Este don de hablar bien sobre Homero es, en ti, no un arte, como ya te decía hace un rato, sino una fuerza divina. Ella es la que te impulsa y pone en movimiento, como ocurre con la piedra que Eurípides denominó magnética, y que comúnmente se llama Heraclea. Esta piedra no solamente atrae los anillos de hierro, quedando en ellos mismo su acción, sino que comunica anillos, de manera que a veces se ve una larga cadena de anillos de hierro colgados unos de otros de esta manera. Y la fuerza de todos depende de aquella piedra. Exactamente igual, la Musa hace por sí misma inspirados y por medio de estos inspirados hay otros que experimentan el entusiasmo: se forma así una cadena. Todos los poetas épicos, en efecto, los buenos poetas, recitan todos esos bellos poemas, no precisamente gracias a un arte, sino por estar inspirados por un dios y por estar poseídos de él. Otro tanto hay que decir de los buenos poetas líricos: de la misma manera que las gentes que son presa del delirio de los coribantes no son dueñas de su razón cuando danzan, así tampoco los poetas líricos son dueños de su razón cuando componen esos bellos versos; desde el mismo momento en que han puesto el pie en la armonía y en el ritmo, son arrebatados por transportes báquicos, y bajo la influencia de esta posesión, semejantes a las bacantes que, cuando están poseídas de su furor, beben miel y leche en los ríos, cosa que no hacen cuando son dueñas de su razón, eso mismo hace también el alma de los poetas líricos, como ellos mismos lo dicen. Los poetas, en efecto, nos dicen que ellos liban sus versos en fuentes de miel, en ciertos jardines y valles de las Musas, para traérnoslos a la manera en que lo hacen las abejas, y esos mismos revolotean a la manera de estas, ¿no es verdad? Y ellos dicen verdad: el poeta es una cosa ligera, alad a, sagrada; él no está en disposición de crear antes de ser inspirado por un dios que se halla fuera de él, ni antes de haber dejado de ser dueño de su razón; mientras conserva esta capacidad o facultad, todo ser humano es incapaz de realizar una obra poética, como no lo es de cantar oráculos. Por consiguiente, al no ser en virtud de un arte por lo que ellos realizan su obra de poetas, diciendo tantas cosas bellas sobre los temas que tratan, igual que te ocurre a ti con Homero, sino en virtud de un privilegio divino, ninguno de ellos es capaz de componer con éxito más que en el género en que es impulsado por la Musa: uno en los ditirambos, otro en los encomios: este en las pantomimas, el otro en la epopeya, aquel de más allá en los yambos; y, en lo demás, cada uno de ellos es sólo mediocre. Porque ellos no hablan así a consecuencia de un arte, sino en virtud de un privilegio divino, ya que si ellos supieran hablar de un tema con soltura en virtud de un arte, ellos lo sabrían hacer también respecto de los demás temas. Y si la divinidad los priva de la razón, tomándolos como servidores suyos, como hace con los profetas y los adivinos inspirados, es para enseñarnos, a nosotros los oyentes, que no son ellos los que dicen cosas de tanto precio y valor -ellos no son dueños de su razón-, sino que es la misma divinidad la que habla y la que se hace oír de nosotros por intermedio de aquellos. La mejor prueba para confirmar nuestra tesis es Tinnico de Calcis. Nunca ha escrito él ningún poema que se pudiera juzgar digno de memoria, exceptuando el peán ese que anda en todas las bocas, quizá el más bello de todos los poemas líricos, un verdadero "hallazgo de la Musas", como él mismo dice. A través de este ejemplo, más que por ningún otro, la divinidad, a mi ver, nos demuestra, a fin de acallar y prevenir nuestras dudas, que estos bellos poemas no tienen un carácter humano y no son obra de los hombres, sino que son divinos y provienen de los dioses, y que los poetas no son otra cosa que los intérpretes de los dioses, estando cada uno de ellos poseído por aquel de quien recibe la influencia. Para demostrar esto es por lo que la divinidad ha hecho adrede que el más bello poema lírico fuera cantado por la boca del poeta más mediocre. ¿No crees tú, Ion, que tengo razón?
Arriba, en presentación, detalle de Platón en el famoso cuadro de Rafael Sanzio, "La escuela de Atenas", donde Platón, a diferencia de Aristóteles indica para arriba, señal de la orientación de su pensamiento hacia una trascendencia espiritual y celeste.

ION.- Sí, por Zeus, lo creo así. Tus palabras me llegan al alma, Sócrates, y pienso que es gracias a un privilegio divino por lo que los buenos poetas están de esta manera junto a nosotros haciendo las veces de intérpretes de los dioses.
SÓCRATES.- Vosotros los rapsodas, por vuestra parte, interpretáis las obras de los poetas, ¿no es así?

ION.- También en eso dices verdad.

SÓCRATES.- Por consiguiente, vosotros sois intérpretes de interpretes, ¿no?
ION.- Exactamente.
SÓCRATES.- Pues bien, Ion: háblame aún y responde sin ocultar nada a mi pregunta. Cuando tú recitas de manera conveniente unos versos épicos, y causas en los espectadores la impresión más profunda, bien sea que cantes a Ulises saltando sobre el suelo, descubriéndose a los pretendientes y esparciendo las flechas a sus pies, o bien a Aquiles lanzándose sobre Héctor, o alguno de los pasajes patéticos sobre Andrómaca, Hécuba o Priamo, ¿eres tú entonces dueño de tu razón? ¿No estás más bien fuera de ti, y tu alma, transportada de entusiasmo, no cree asistir a los sucesos de que tú hablas, bien sea en Itaca, en Troya o en cualquier lugar en que se desarrolle la escena?

ION.-¡ Que prueba tan definitiva acabas de darme, Sócrates! Voy a hablarte sin mentirte nada. En lo que a mí respecta, cuando recito algún pasaje patético, mis ojos se llenan de lágrimas; si lo que recito es un pasaje temible o extraño, del miedo que siento se me ponen de punta los cabellos y el corazón me late con fuerza.

SÓCRATES.- Pues bien, Ion: ¿hemos entonces de decir que es dueño de su razón este hombre que, adornado de una vestidura colores variados y de coronas de oro, se pone a llorar en los sacrificios y las fiestas, sin haber perdido ninguna de estas joyas, o bien experimentando un miedo raro delante de más de veinte mil personas que están bien dispuestas para con él, aun cuando nadie le despoje de nada ni le haga el menor daño?

ION.-No, ¡por Zeus!, Sócrates; de ninguna manera es dueño de su razón si hemos de decir toda la verdad.

SÓCRATES.-¿Y tú sabes que sobre la gran mayoría de los espectadores producís vosotros los mismos efectos?

ION.-Lo sé muy bien. Desde lo alto de mi estrado, los veo cada vez llorando, echando miradas amenazadoras y permaneciendo, como yo mismo, pendientes de mis palabras. Lo sé porque me siento bien obligado a observarlos atentamente: si los hago llorar, yo reiré, recibiendo el dinero, mientras que si los hago reír, soy yo quien va a llorar entonces perdiendo mi salario.



La poesía es incandescencia de la vida interior

"Toda mi vida canto, y canto como respiro", le asegura un esquimal al explorador Knud Rasmussen. La poesía resopla en todos los ventisqueros de la vida cotidiana de los llamados pueblos primitivos. Para la diversidad de estas culturas la cadencia poética es tan indispensable como el aire. La poesía popular suele ser esencialmente religiosa. Guenon observa que la palabra latina carmen (canto) proviene de la palabra sánscrita karma (rito). El cantar poético es puente o tránsito hacia la divinidad. Los nahuas del Antiguo México creen que lo poético es la expresión de Dios en la tierra. El fluir poético puede fundirse con la danza y la música, como en el caso de los tarahumaras (también de México) cuya danza devocional dura dos noches. Las "Danzas del Venado" de los yaquis comunican el mundo natural y el sobrenatural. En las primeras estrofas se alude a un hecho del mundo físico; en la segunda estrofa se presenta este suceso en el mundo místico llamado "Tierra Florida", ubicado debajo del Amanecer.

La poesía es incandescencia de la vida interior. Los maidu de California dicen: "No se necesita la luz de las hogueras porque se tiene la luz interior". Y la poesía de los pueblos puede expresar soledad, un sentimiento de abandono. En muchos de sus poemas, los pigmeos se lamentan diciendo que Dios los ha abandonado. Los poemas impregnados de belleza sacra pueden proceder de los sueños. Sioux y guaraníes aseguran que sus poemas sagrados nacen de los sueños. En las Islas Fiji el sueño es incursión en el mundo de los espíritus. Allí se ofrecen los poemas, o estos pueden brotar de trances hipnóticos como en las Danzas del Espíritu de los indios arapos.

Algunos poemas sólo pueden ser dichos por una persona en especial, por su propietario exclusivo; o puede ser pronunciado únicamente en el momento de la muerte. Algunos movimientos artísticos de vanguardia hablan de la recuperación de la materialidad del lenguaje verbal o musical. El lenguaje que vale más por su condición material o sensorial que por el plano del significado. Mucho antes de estas búsquedas filosóficas modernas, los yámanas de Tierra del Fuego componían cantos de sonidos, sin significado conceptual. Lo sonoro como expresión de gozo o sorpresa. Algunos creen que estos quizás sean los cantos más antiguos de la humanidad.

La poesía primitiva distingue niveles de recepción. Los guaraníes creen que muchos cantos son comprensibles para todos, pero otros sólo podrán ser entendidos por unos pocos. El lenguaje también se diversifica. Hay un lenguaje religioso (con "las palabras de los situados arriba de nosotros") que es válido entre ancianos y ancianas que han recibido revelaciones de la comunidad, y existe un lenguaje secreto compuesto por escasas oraciones y palabras que sólo se revelan a los iniciados. E incluso existen "los cantos verdaderos" de una profundidad y sacralidad que los hace incomprensible para sus cantores.

La continuidad tradicional de la poesía de los pueblos es también parte de su esencia medular. Los araucanos destacan que sólo la oralidad conserva la inspiración y espesor del canto. La palabra escrita pierde, disgrega.

La poesía ancestral alimenta el verbo de la diversidad de los pueblos y culturas. Y también manifiesta la universalidad del canto poético como oración religiosa, como fuerza hechicera de curación o como revelación del mundo sobrenatural.

En este primer momento de Revista Kenos 2, deseamos contribuir a la percepción de la diversidad cultural mediante las cadencias de la antigua poesía popular. Todos los poemas que presentamos aquí proceden del tesonero esfuerzo recopilador del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Mediante una búsqueda de varios años, logró reunir en un solo y especial libro poético muchos de los líricos frutos de ancestrales pueblos de todos los continentes.

Aquí incluimos poemas de los pueblos cunas (Panamá); esquimales; galas, pigmeos (África); navajos y sioux (América del Norte); guaraníes (Paraguay); Yamanes (Tierra del Fuego); Miskitos (Nicaragua); y yaquis (México).

La diversidad de los pueblos canta una sola música sagrada.

Esteban Ierardo






http://www.temakel.com/trdpoesiapueblos.htm

martes, 17 de noviembre de 2009

Samurai

Cielo e infierno cercanos


Un samurai fue a visitar a un viejo sabio
para plantearle una duda que lo
atormentaba.
-Señor, estoy aquí porque necesito
saber si existen el infierno y el paraíso.
-¿Quién lo pregunta? -contestó el
maestro.
-Un guerrero samurai.
-¿Tú un samurai? -se burló el maestro-.

¿Con esa cara de idiota que tienes?
El guerrero no daba crédito a lo que oía.
-Seguro que además de estúpido eres un cobarde -se mofó de nuevo.
La ira se adueñó del samurai que desenvainó instintivamente su sable.
-¡Ahora se abren las puertas del infierno! -gritó el anciano.
El guerrero comprendió de súbito la actitud del maestro y guardó su sable
avergonzado.
-¡Ahora se abren las puertas del paraíso! -exclamó de nuevo el maestro.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Buscar setas con un GPS especial
JACINTO ANTÓN 12/11/2009
El cacharro es precioso, un gadget de lo más, con un aire así a lo teletransportador de Star Trek ("Súbeme Scotty", dan ganas de susurrarle) y despierta de entrada el interés de los amigos micófilos, algo frustrados en el flojo inicio de temporada. Se trata del rutilante GPS buscador de setas Garmin Oregon 300 Setas ("el mundo de las setas en tu mano") , un navegador que incorpora una base de datos con las fichas de las 100 especies más comunes y en el que puedes memorizar los lugares en que se encuentran los suculentos hongos y trazar rutas para llegar hasta ellos. También tiene brújula electrónica y un altímetro. Pantalla táctil, antirreflectante y a prueba de caídas.
Cuando uno lo exhibe chulesco en Viladrau (Girona), tierra de setas donde las haya, el hogar de los caçadors de bolets, el popular programa de la televisión catalana, un mediodía de otoño y suelta displicentemente "Chavales, aquí está el futuro", la curtida comunidad de boletaires se pone, como es comprensible, a la defensiva. "Pero si tú no tienes ni idea y ni siquiera te gustan los rovellons, capullo". Es cierto que uno no es experto en níscalos y que es de natural micófobo, especialmente tras leer los trabajos sobre enteógenos -hongos que proporcionan una experiencia divina, pero no precisamente en el sentido gastronómico- de R. Gordon Wasson y Albert Hoffmann, por no hablar de las alucinantes experiencias visionarias de Josep Maria Fericgla con la Amanita muscaria en la década de 1980. Pero ¿no es fabuloso el artefacto? No, objetan los especialistas, es una pijada inútil. De entrada, argumentan, el verdadadero buscador de setas sabe perfectamente dónde están las que suele recoger y mal andaríamos si tuviera que precisar de un GPS para localizarlas.
"Jamás apuntaré mis sitios en un mapa, ni te digo en ese trasto", señala Evelio P., cuyo legendario cazadero de setas, camino de la finca de El Masnou, está recubierto de un secretismo que ríete tú de Vilcabamba: puro Shangri La de los rossinyols (rebozuelos). Por otro lado, los correosos profesionales consideran descabellado fiarse del aspecto de una seta en las imágenes que ofrece el Garmin Oregon: a ver si va a acabar zampándose uno un enteógeno sin querer, en plan indio yaqui. En todo caso, el GPS incluye una nota no muy tranquilizadora: "Garmin queda exento de responsabilidad ante posibles intoxicaciones".
Este probador del buscador electrónico descartó hablar con la señora Pi, la reina de los cazadores de setas y buena amiga, al considerar que ya se habían reído bastante de él. No obstante, en un arrebato de profesionalidad se lanzó a la montaña con el aparato para probarlo sobre el terreno. La experiencia resultó un fiasco: poco ducho en electrónica fui incapaz de entender el funcionamiento, ya no hablemos de encontrar una seta.
http://www.elpais.com/articulo/portada/Buscar/setas/GPS/especial/elpepisupcib/20091112elpcibpor_4/Tes?print=1

Esa nube tenue que allá va

Esa nube tenue que allá va
Leer no es divertido. ¿Por qué habría de serlo? La lectura amplía y concentra; sigue la línea de la espiral: se abre, respecto a un centro, en un movimiento cada vez más libre, o, a la inversa, va adhiriéndose, un poco más ajustada cada vez, a ese centro, a ese núcleo (de este modo nombraba Klee el impulso que dibuja la espiral).
Así es también la línea del poema, o de determinadas canciones -la poesía de los pueblos tradicionales-:
Dichoso pueda caminar.
Dichoso con abundantes nubes negras pueda caminar.
Dichoso con abundantes lluvias pueda caminar.
Dichoso por un sendero de polen pueda caminar.
Dichoso pueda caminar.
Igual como fue en días lejanos ahora pueda caminar.
Todo sea bello delante de mí.
Todo sea bello detrás de mí.
Todo sea bello debajo de mí.
Todo sea bello arriba de mí.
Todo sea bello alrededor de mí.
En belleza esto termina.
En belleza esto termina.
Éste es un poema de los indios navajos de Estados Unidos, incluido en la Antología de poesía primitiva que preparó el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. En su prólogo, Cardenal recoge variados testimonios de la percepción que estos pueblos tienen de la práctica poética. Con la poesía, creen los motilones de Colombia, “el indio puede oír el alma”; los maidu de California piensan que transmite la luz interior: “no se necesita la luz de las hogueras porque se tiene la luz interior”, afirman. Un indio de la tribu fox considera que cuando cantan a su Dios, Manitú no puede dejar de oírlos, “es como si estuviéramos cantando en su propia casa”. Los sioux dicen que sus poemas los reciben en sueños y que se necesita también el poder de los sueños para cantarlos. Para los esquimales, los cantos proceden de las almas que están en la región de los muertos. En algunas tribus de EEUU, el canto es una propiedad y no puede cantarlo nadie sin la autorización del autor; uno puede morir sin haber cantado su canto nunca a otros. La investigadora Mary Austin oyó a un anciano yokut cantar su canto de muerte; decía así: “Toda mi vida / he estado / buscando”.
Los de los huitotos de Colombia son cantos muy antiguos, con palabras ya en desuso, cuyo significado los nativos apenas conocen; también los yumas cantan con palabras cuyo sentido se ha perdido ya. Entre los guaraníes, en cambio, hay un tipo de cantos comprensibles para todos; pero en otros utilizan una lengua sólo al alcance de los ancianos y ancianas de intensa vida espiritual, y en otros aún, un lenguaje secreto: los llaman “los cantos verdaderos”, ininteligibles incluso para quien los canta. En ciertos pueblos, los cantos se pueden comprar por sumas de dinero, a veces muy elevadas; un indio navajo afirmaba: “yo siempre he sido pobre, no conozco ninguna canción”.
Es bien sabido que estos poemas o cantos tienen en muchas culturas poderes o propiedades curativas, y también valores religiosos o místicos. Hay poemas extensos, cuyo canto dura varios días con sus noches, pero en general suelen ser breves; de hecho, a estos pueblos les parece que los poemas de los blancos “hablan demasiado”. Un indio papago precisó: “nuestros cantos son tan cortos porque sabemos mucho”.
En el extraordinario depósito de poemas que es esta antología, los hay así:
Ya hi yu niva hu
hi yu niva hi yu niva hu
ya hi yu niva hi na he ne na
hi ya hi nahi ni na
hi yu niva hu
hi yu niva hi yu niva hu
ya hi yu niva hi ya he ne na.
Pertenece a los comanches de Estados Unidos; es pura sonoridad expresiva que, según el ritmo y la entonación de nuestro ánimo, transmitirá energía o lamento, alegría o pesar.
Los hay tan sencillos y cargados de sentido como éste de los maorís de Nueva Zelanda, que nos da la clave en su título y nos lleva absortos y suspendidos en sus versos:
La pérdida de la tierra de los antepasados
Ahora el único lazo que nos une
es esa nube tenue que allá va.
Asombra lo próxima que la poesía de la cultura “occidental” está de las tradiciones poéticas que se denominaron “primitivas”. Pienso en Emily Dickinson, en Paul Celan o Else Lasker-Schüler, en Juan Ramón Jiménez.
Cuando he trabajado con estos poemas en clase, les propongo a los estudiantes un ejercicio de escritura: “Aunque normalmente las canciones son de uso colectivo, para los yakut de EEUU el canto es una propiedad personal y nadie puede cantarlo sin permiso de su autor. Se puede regalar un canto a un amigo, o legarlo a la tribu, o morir sin haberlo cantado a nadie más que a su Dios. Escribe tu propio canto, un canto que te exprese”. Algunos de los textos que resultan son tan enigmáticos y verdaderos como los seleccionados por Ernesto Cardenal.

http://olvido-valdes.leer.es/2009/03/27/hello-world/


sábado, 7 de noviembre de 2009

La eñe también es gente.

http://www.me.gov.ar/efeme/mewalsh/
La culpa es de los gnomos que nunca quisieron ser ñomos. Culpa tienen la nieve, la niebla, los nietos, los atenienses, el unicornio. Todos evasores de la eñe. ¡Señoras, señores, compañeros, amados niños! ¡No nos dejemos arrebatar la eñe! Ya nos han birlado los signos de apertura de interrogación y admiración. Ya nos redujeron hasta la apócope. Ya nos han traducido el pochoclo. Y como éramos pocos, la abuelita informática ha parido un monstruoso # en lugar de la eñe con su gracioso peluquín, el ~. ¿Quieren decirme qué haremos con nuestros sueños? ¿Entre la fauna en peligro de extinción figuran los ñandúes y los ñacurutuces? ¿En los pagos de Añatuya cómo cantarán Añoranzas? ¿A qué pobre barrigón fajaremos al ñudo? ¿Qué será del Año Nuevo, el tiempo de ñaupa, aquel tapado de armiño y la ñata contra el vidrio? ¿Y cómo graficaremos la más dulce consonante de la lengua guaraní? "La ortografía también es gente", escribió Fernando Pessoa. Y, como la gente, sufre variadas discriminaciones. Hay signos y signos, unos blancos, altos y de ojos azules, como la W o la K. Otros, pobres morochos de Hispanoamérica, como la letrita segunda, la eñe, jamás considerada por los monóculos británicos, que está en peligro de pasar al bando de los desocupados después de rendir tantos servicios y no ser precisamente una letra ñoqui. A barrerla, a borrarla, a sustituirla, dicen los perezosos manipuladores de las maquinitas, sólo porque la ñ da un poco de trabajo. Pereza ideológica, hubiéramos dicho en la década del setenta. Una letra española es un defecto más de los hispanos, esa raza impura formateada y escaneada también por pereza y comodidad. Nada de hondureños, salvadoreños, caribeños, panameños. ¡Impronunciables nativos! Sigamos siendo dueños de algo que nos pertenece, esa letra con caperuza, algo muy pequeño, pero menos ñoño de lo que parece. Algo importante, algo gente, algo alma y lengua, algo no descartable, algo propio y compartido porque así nos canta. No faltará quien ofrezca soluciones absurdas: escribir con nuestro inolvidable César Bruto, compinche del maestro Oski. Ninios, suenios, otonio. Fantasía inexplicable que ya fue y preferimos no reanudar, salvo que la Madre Patria retroceda y vuelva a llamarse Hispania. La supervivencia de esta letra nos atañe, sin distinción de sexos, credos ni programas de software. Luchemos para no añadir más leña a la hoguera dónde se debate nuestro discriminado signo.
Letra es sinónimo de carácter. ¡Avisémoslo al mundo entero por Internet! La eñe también es gente.

ECLESIASTÉS O EL PREDICADOR

8:14 Hay vanidad que se hace sobre la tierra: que hay justos a quienes sucede como si hicieran obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hicieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad.
8:15 Por tanto, alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba y se alegre; y que esto le quede de su trabajo los días de su vida que Dios le concede debajo del sol.
8:16 Yo, pues, dediqué mi corazón a conocer sabiduría, y a ver la faena que se hace sobre la tierra (porque hay quien ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos);
8:17 y he visto todas las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce, no por eso podrá alcanzarla.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Botella al mar para el dios de las palabras [Discurso ante el I Congreso Internacional de la Lengua Española -Texto completo] Gabriel García Márquez

A mis 12 años de edad estuve a punto de ser atropellado por una bicicleta. Un señor cura que pasaba me salvó con un grito: «¡Cuidado!»

El ciclista cayó a tierra. El señor cura, sin detenerse, me dijo: «¿Ya vio lo que es el poder de la palabra?» Ese día lo supe. Ahora sabemos, además, que los mayas lo sabían desde los tiempos de Cristo, y con tanto rigor que tenían un dios especial para las palabras.

Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está potenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.

La lengua española tiene que prepararse para un oficio grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de 19 millones de kilómetros cuadrados y 400 millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo pasar tenga 54 significados, mientras en la República de Ecuador tienen 105 nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero dijo: «Parece un faro». Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es «la color» de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cerveza que sabe a beso?

Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo venturo como Pedro por su casa. En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devuélvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos. Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una?

Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que le lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis 12 años.

jueves, 22 de octubre de 2009

Tiempo de lluvia: la lluvia amarilla.



Un viejo estanque,
se zambulle una rana,
ruido de agua.

Bashô.

Uso seguro de Internet. Recomendaciones para las familias .

La manera más directa de evitar los riesgos en el uso de Internet es la prevención. Dos
son los principios básicos que deberíamos tener en cuenta:

Las familias han de confiar en los centros y en los docentes e informar a los tutores
y tutoras de las incidencias que les parezcan sospechosas.

Los padres y las madres han de confiar también en sus hijos e hijas, propiciando un
ambiente familiar de comunicación confianza y libertad, utilizando conjuntamente
Internet, hablando de ello, no culpabilizando siempre a los menores o no convirtiendo
Internet en una nueva niñera, con la que tener a nuestros hijos e hijas ocupados.

ALGUNOS RIESGOS Y ALGUNAS SOLUCIONES
Con Internet podemos comunicarnos, estudiar, divertirnos o recopilar información sobre cualquier tema imaginable. Pero Internet tiene también sus riesgos y la educación de nuestros hijos e hijas en un uso seguro y educativo de Internet, es también responsabilidad de las familias.

Hay que empezar diciendo que los riesgos constituyen una parte mínima de lo mucho
que Internet nos ofrece y no está justificado adoptar una posición alarmista, pero sí
sería recomendable adoptar determinadas precauciones, ante algunas situaciones
sociales con las que los jóvenes pueden encontrarse en el uso de Internet:

1 La pérdida de la privacidad

Se produce cuando proporcionamos, a través de Internet, información sobre nuestra
vida personal para poder entrar en determinados espacios comunes o para la utilización
«gratuita» de servicios. Muchas páginas solicitan datos personales para un uso fraudulento
de los mismos.
¿Qué medidas adoptar?
No use siempre el mismo nombre de usuario y contraseña en todos los servicios que
utilice.
No proporcione, por principio, datos personales como nombre, dirección, número de
DNI, número de teléfono o fotografías suyas o de su familia.


2 El phishing
Es el intento de adquirir fraudulentamente información de una persona, como la identidad
y código secreto de una tarjeta electrónica o del acceso a los datos bancarios. Actúa
a través de la recepción de un correo electrónico en el que en nombre de una entidad
bancaria se pide al usuario esta información. El mensaje suele imitar con bastante
exactitud la imagen habitual de la entidad.
¿Qué medidas adoptar?
No proporcione nunca información sobre su cuenta bancaria, su identidad o el código
de acceso.
Informe a su entidad bancaria de la recepción de cualquier correo sospechoso.


3 El correo masivo (spam) y los virus
El correo masivo consiste en la recepción de una gran cantidad de correo electrónico
no solicitado, que invade y puede incluso bloquear las cuentas que utilizamos. Los virus
-también los denominados «gusanos y troyanos»- causan serios problemas a nuestro
ordenador: borrando información, tomando el control del mismo, adquiriendo información sensible, etc.
¿Qué medidas adoptar?
Utilice algún programa de protección contra virus informáticos, y manténgalo actualizado.
Utilice los sistemas anti-spam de su proveedor de Internet o del programa de correo
electrónico.
No abra nunca archivos adjuntos de un correo desconocido y borre el que no le parezca
conocido.

4 Las compras por Internet
Internet es, igual que sucede con otros medios de comunicación, un terreno dominado
por la propaganda comercial igual que la T.V. Muchas páginas que parecen orientadas a
la «educación o el entretenimiento» contienen gran cantidad de anuncios de productos
o servicios no siempre necesarios ni beneficiosos. Por otra parte es cierto que la compra
«on-line» en algunas empresas es muy segura, pero comprar en Internet no es siempre
seguro.
¿Qué medidas adoptar?
Haga saber a sus hijos o hijas que no están autorizados a comprar por Internet, sin
su permiso y consentimiento.
Cuando vaya a comprar asegúrese que la empresa utiliza un «protocolo seguro» (compruebe
que la dirección de Internet comienza con «https://» y que en la parte baja de
la página web aparece un candado cerrado).
No facilite sus datos personales y bancarios si no está seguro de la «fiabilidad» de la empresa en la que compra.
5 Los juegos de azar
Aunque no todos los proveedores son fraudulentos, conviene evitar el acceso a menores
a dichas páginas.
¿Qué medidas adoptar?
La mejor manera para evitar que sus hijos e hijas quieran utilizar juegos de azar es
que usted no juegue a ellos ni en el mundo real ni en el virtual.
Evite aquellas páginas en las que se anuncia un casino u otro juego de azar.
6 Acoso on-line
Se produce cuando se acosa a un niño o niña a través de Internet, un programa de
mensajería instantánea o por correo electrónico. Suele ser una continuación del acoso
escolar, pero utilizando otros medios y no podemos subestimar los problemas que el
acoso causa.
¿Qué medidas adoptar?
No permita que sus hijos o hijas envíen mensajes o e-mails de acoso a otros niños o
niñas; han de comprender que el acoso provoca muy serios perjuicios.
Si sus hijos son objeto del acoso de compañeros y compañeras de la escuela, hable
con el tutor o tutora.

7 Los contactos a través de Internet
Existe el riesgo de que personas con intereses ocultos puedan establecer alguna vía
de contacto con sus hijos e hijas, generalmente por mediación de algún sistema Chat,
sin que el menor sea consciente de ello.

¿Qué medidas adoptar?
Inscríbase y participe en los mismos chats que sus hijos para conocer qué se dice y
de qué tratan.
Debería hacerles entender y aceptar a sus hijos e hijas que no pueden proporcionar
información personal (fotografías, nombre, número de teléfono, dirección, etc.) a nadie en un Chat o en Internet, sin su previo conocimiento.
Nunca un menor puede encontrarse en persona con alguien que sólo conoce online,
sin su conocimiento o presencia.

8 Los propios contenidos de Internet
Se trata de un riesgo que no suele ser tan conocido como los anteriores. Podemos
encontrar páginas desde las que se incita a la anorexia y a la bulimia, otras que nos
ofrecen contenidos racistas, xenófobos, pornográficos o aquellas otras en las que
determinadas sectas pretender reclutar a nuevos miembros.
¿Qué medidas adoptar?
Elabore un código de uso de Internet para toda la familia, con el tiempo de uso permitido y tipo de información a la que se puede acceder.
Instale en el ordenador algún sistema de filtro que limite el acceso a páginas con
información pornográfica.
Utilice sistemas de búsqueda en Internet especialmente orientados a menores como
por ejemplo: http://yahooligans.yahoo.com/
Si se accede a alguna página pornográfica, hable sobre la misma con el menor en lugar
de ocultarla o culpabilizarle.
Compruebe el historial del navegador de sus hijos y hable con ellos si encuentra páginas de estos tipos.
Solicite información sobre sitios de Internet con contenidos interesantes para la
formación y educación de sus hijos e hijas y visítelos con ellos.
Si alguna vez encuentra sitios con contenidos como los mencionados, conviértalos
motivo de reflexión, discusión y debate con sus hijos e hijas.
">http://www.juntadeandalucia.es/averroes/html/portal/com/bin/contenidos/B/InnovacionEInvestigacion/ProyectosInnovadores/IntegracionDeLasTIC/Seccion/Publicaciones/Publicaciones/1233837980714_wysiwyg_internet_seguro2.pdf

jueves, 15 de octubre de 2009

Poema Cuando Pitos Flautas de Luis de Gongora

Da bienes Fortuna
que no están escritos:
cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

¡Cuán diversas sendas
Se suelen seguir
En el repartir
Honras y haciendas!
A unos da encomiendas,
A otros sambenitos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

A veces despoja
De choza y apero
Al mayor cabrero,
Y a quien se le antoja;
La cabra más coja
Pare dos cabritos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

Porque en una aldea
Un pobre mancebo
Hurtó sólo un huevo,
Al sol bambolea,
Y otro se pasea
Con cien mil delitos.
Cuando pitos flautas,
cuando flautas pitos.

¿Has visto cómo crecen las plantas?

-¿Has visto cómo crecen las plantas? Al lugar en que cae la semilla acude el agua: es el agua la que germina, sube al sol. Por el tronco, por las ramas, el agua asciende al aire, como cuando te quedas viendo el cielo de¡ medio- día y tus ¿Ojos empiezan a evaporarse. Las plantas crecen de un día a otro. Es la tierra la que crece; se hace blanda, verde, flexible. El terrón enmohecido, la costra de los vicios árboles, se desprende, regresa. ¿Lo has visto? Las plantas caminan en el tiempo, no de un lugar a otro: de una hora a otra hora. Esto puedes sentirlo cuando te extiendes sobre la tierra, boca arriba, y tu pelo penetra como un manojo de raíces, y toda tú eres un tronco caído. -Yo quiero sembrar una semilla en el río, a ver si crece un árbol flotante para treparme a jugar. En su follaje se enredarían los peces, y sería un árbol de agua que iría a todas partes sin caerse nunca.
http://amediavoz.com/sabines.htm#TU%20NOMBRE

LAS HOJAS MUERTAS JACQUES PREVERT




Las hojas muertas

Oh, me gustaría tanto que recordaras
Los días felices cuando éramos amigos...
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy.
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo...
¿Ves? No lo he olvidado...
Las hojas muertas se recogen con un rastrillo
Los recuerdos y las penas, también.
Y el viento del norte se las lleva
En la noche fría del olvido
¿Ves? No he olvidado
la canción que tú me cantabas.

Es una canción que nos acerca
Tú me amabas y yo te amaba
Vivíamos juntos
Tú, que me amabas, y yo, que te amaba...
Pero la vida separa a aquellos que se aman
Silenciosamente sin hacer ruido
Y el mar borra sobre la arena
El paso de los amantes que se separan.

Las hojas muertas se recogen con un rastrillo.
Los recuerdos y las penas, también.
Pero mi amor, silencioso y fiel
Siempre sonríe y le agradece a la vida.
Yo te amaba, y eras tan linda...
Cómo crees que podría olvidarte?
En aquel tiempo la vida era más hermosa
Y el sol brillaba más que hoy
Eras mi más dulce amiga,
Mas no tengo sino recuerdos
Y la canción que tú me cantabas,
¡Siempre, siempre la recordaré!

Quién fuera pato


Quién fuera pato

para nadar, nadar por todo el mundo,

pato para viajar sin pasaporte

y repasar, pasar, pasar fronteras,

como quien pasa el rato.

Pato.

Patito vagabundo.

Plata del norte.

Oro del sur. Patito danzaderas.

Permitidme, Dios mío, que sea pato

¿Para qué tanto lío,

tanto papel,

ni tanta pamplina?

Pato.

Mira, como aquél

que va por el río

tocando la bocina…

BLAS DE OTERO

viernes, 9 de octubre de 2009

Decálogo para padres


Diez principios imprescindibles para crear buenos lectores
(Leer te da más. Guía para padres)

1. Dar ejemplo.
Las personas adultas somos un modelo de lectura para los niños. Leamos delante de ellos, disfrutemos leyendo.
2. Escuchar
En las preguntas de los niños está el camino para seguir aprendiendo. Estemos pendientes de sus dudas.
3. Compartir
El placer de la lectura se contagia leyendo juntos. Leamos cuentos, contemos cuentos.
4. Proponer, no imponer
Es mejor sugerir que imponer. Evitemos tratar la lectura como una obligación.
5. Acompañar.
El apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No los dejemos solos cuando aparentemente saben leer.
6. Ser constantes
Todos los días hay que reservar un tiempo para leer. Busquemos momentos relajados, con buena disposición para la lectura.
7. Respetar
Los lectores tienen derecho a elegir. Estemos pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
8. Pedir consejo
El colegio, las bibliotecas, las librerías y sus especialistas serán excelentes aliados. Hagámosles una visita.
9. Estimular, alentar
Cualquier situación puede proporcionarnos motivos para llegar a los libros. Dejemos siempre libros apetecibles al alcance de los niños.
10. Organizarse
La desorganización puede estar reñida con la lectura. Ayudémosles a organizarse: su tiempo, su biblioteca...

© 2002 Secretaría General de Educación y Formación Profesional

HAIKUS

Buscando el camino. 3ª y última parte (Albacete-Gijón)



Albacete…

En el andén se hace pequeño

un gorrión

Lentamente, como quien separa de un sobre un sello valioso… así arranca el tren, así me voy… Los cristales tintados del vagón le restan notoriedad al sol del medio día, aunque no el protagonismo. Afuera, los girasoles siguen el curso que les marca el astro; la cebada, que no hace mucho se mecía al viento, yace ahora prensada en enormes rollos. Hay viñedos, con cientos de cepas que asemejan un ejército de minúsculos soldados milimétricamente formados ante su general; entre las vides asoma el ingenio humano, artefactos fotovoltaicos en los que una superficie de cristal de sílice me devuelve a modo de guiños los reflejos del sol. El destello en los viñedos me transporta a un pasado muy cercano, depositándome con suavidad en el brillo de una flauta travesera que remolca con sus notas al viento de otoño entre los árboles… quizás, y solo digo quizás, sea este el primer viaje de un ser humano a la velocidad de la luz… Y con la misma rapidez que me fui he vuelto, y tras la ventanilla, otra vez la vida…

Viento,

cuelgan de un cable eléctrico

restos de ave

Me recuesto en el asiento. El tren sigue su ruta, las conversaciones en el vagón no se detienen; el sol, poco a poco, se dirige, cómo no, hacia el oeste; las nubes blancas cambian de forma y lugar; incluso el ave que ya no es ave aún mece sus plumas al viento… Cuatro gigantes coronan un cerro, ninguno bracea… Rocinante no está cerca. En el mismo horizonte, en una loma cercana, despuntan esbeltos molinos de viento; así, tan lejos, parecen pequeños… cierro los ojos… creo ver a un niño ir a recogerlos.

Las vías se multiplican, se presiente la cercanía de la gran urbe. Dejo que la vista se adelante y me traiga la imagen de cuatro rascacielos que achican al resto de la ciudad…

En vía muerta

dos vagones oxidados,

se posa un gorrión

Vuelve a tomar velocidad el tren, miro a la diestra y a la siniestra, al otro lado de las ventanillas el paisaje muda a cada instante como si un tramoyista se afanara en mostrarme sus mejores decorados. Una ciudad tras otra, da igual su tamaño, su clima, su idiosincrasia; en todas, sea su estación humilde o presuntuosa, un reloj, que tanto recibe como despide, se empeña en mostrarme el paso del tiempo…

Nudo ferroviario,

solamente las sombras

cruzan las vías

Inquieto, empiezo a no encontrar acomodo en el asiento. Un potro brinca junta a una alambrada, la niebla esconde al valle, se disfrazan de nubes las montañas. Grande fui por un momento mientras contemplaba los rascacielos… pequeño, así me siento, entre tanto verde que se adentra hasta el mismísimo cielo. Asturias… allá donde miro un horizonte cercano y en la que sus llanuras son de agua salada.

El vagón habla: última parada, Gijón, gracias…

Su mirada ahora es un beso, su beso una sonrisa, su sonrisa mi sonrisa… mi chica. Cruzamos la ciudad, en las calles el algarabío de un sábado en donde las terrazas se llenan y los comercios empiezan a cerrar. Huele a sidra, y al sonido de una gaita se le suma un tintineo; en una caja de cartón el brillo de unas monedas. Sopla la brisa… el cielo se cubre de nubes grises. Cierro la puerta de casa ¡clac!

Junto a ella,

el sonido de la lluvia

en la ciudad

http://elcajondesastre.blogcindario.com/2009/08/01356-buscando-el-camino-3-y-ultima-parte-albacete-gijon.html

OTOÑO EN LA SAGRA



martes, 22 de septiembre de 2009

Otoños posibles

¿Dices Otoño?
Son tus ojos marrones
Mis estaciones

Hitman







Casi invierno

Alamedas desnudas,
mi amor se vino al suelo.
Verdes vuelos, velados
por el leve amarillo
de la melancolía,
grandes hojas de luz,
días caídos
de un otoño abatido por el viento.

¿Y me preguntas hoy por qué estoy triste?

De los álamos vengo.

Ángel González

"El otoño se acerca", Ángel González



El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.

Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Vivir para contarla

La verdad es que yo no necesitaba entonces de la palabra escrita, porque lograba expresar con dibujos todo lo que me impresionaba. A los cuatro años había dibujado a un mago que le cortaba la cabeza a su mujer y se la volvía a pegar, como lo había hecho Richardine a su paso por el salón Olympla. La secuencia gráfica empezaba con la decapitación a serrucho, seguía con la exhibición triunfal de la cabeza sangrante y terminaba con la mujer que agradecía los aplausos con la cabeza puesta. Las historietas gráficas estaban ya inventadas pero sólo las conocí más tarde en el suplemento en colores de los periódicos dominicales. Entonces empecé a inventar cuentos dibujados y sin diálogos. Sin embargo, cuando el abuelo me regaló el diccionario me despertó tal curiosidad por las palabras que lo leía como una novela, en orden alfabético y sin entenderlo apenas. Así fue mi primer contacto con el que habría de ser el libro fundamental en mi destino de escritor.
A los niños se les cuenta un primer cuento que en realidad les llama la atención, y cuesta mucho trabajo que quieran escuchar otro. Creo que éste no es el caso de los niños narradores, y no fue el mío. Yo quería más. La voracidad con que oía los cuentos me dejaba siempre esperando uno mejor al día siguiente, sobre todo los que tenían que ver con los misterios de la historia sagrada.
Cuanto me sucedía en la calle tenía una resonancia enorme en la casa. Las mujeres de la cocina se lo contaban a los forasteros que llegaban en el tren -que a su vez traían otras cosas que contar- y todo junto se incorporaba al torrente de la tradición oral. Algunos hechos se conocían primero por los acordeoneros que los cantaban en las ferias, y que los viajeros recontaban y enriquecían.
GABRIEL GARCÍA MARQUEZ

lunes, 7 de septiembre de 2009


1. Tao

El Tao que puede conocerse no es el Tao.
La sustancia del Mundo es solo un nombre para el Tao.
Tao es todo lo que existe y puede existir;
El Mundo es solo un mapa de lo que existe y puede existir.

Las experiencias externas sirven para sentir el Mundo,
Y las experiencias internas, para comprenderlo.
Los dos tipos de experiencia son lo mismo dentro del Tao;
Son diferentes solo entre los hombres.
Ninguna experiencia puede contener al Tao
El cual es infinitamente más grande y más sutil que el Mundo.

http://www.gorinkai.com/textos/tao.htm

domingo, 6 de septiembre de 2009

Consejos para la juventud

11:9 Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.
11:10 Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.


12:1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
12:2 antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia;
12:3 cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
12:4 y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas;
12:5 cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles;
12:6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;
12:7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
12:8 Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es vanidad.

ALHAMBRA

TIEMPO DE VERANO

jueves, 27 de agosto de 2009

Cuento breve de Leo Masliah

Dormía, creo. Amanecí anhelando prosperar. Apetecía triunfar. Decidí jugar. Salí corriendo. Conduje volando. arriesgando morir. Calculé. Aposté, proyectando ganar. Logré empatar. Debí parar. Presumiendo continué. Odié perder. Sufrí, recuerdo. ¿Habría podido acertar?, especulé. Supe olvidar. Recapacité. Elegí renacer. Resolví mejorar. Ansío aprender, ¿entendés? Sigo temiendo fracasar. Pretendo ir volviendo, regresar partiendo. Intentaré llorar, chillar, patalear: podría reventar. Estuve tratando. Desearía conseguir explotar. ¿Llegaré? Detesto alardear. Quiero probar. Terminaría diciendo: llueve.

(«70 verbos» es un cuento breve de Leo Masliah, que aparece en el libro La buena noticia y otros cuentos, Ediciones de la Flor, 1996.)

miércoles, 19 de agosto de 2009

Biblioburro no es un cuento de Garcia Márquez

7 Diciembre 2008 de Gabriel Cruise

Articulo New York Times

Ante las numerosas peticiones de información sobre Luis Soriano, y su bonita y solidaria iniciativa en medio de una zona colombiana devastada por guerra vuelvo a publicar de manera actualizada la historia de Biblioburro.

“La historia de Biblioburro parece sacada de un relato de realismo mágico, pero es mucho más que eso. Es una historia que ejemplifica la voluntad humana, el tesón y el profundo compromiso de un humilde maestro rural con la gente de su país.

Como todos los cuentos tiene un principio… “Todo comenzó en el pequeño y perdido pueblo de La Gloria, cuyo poético nombre quedo eclipsado en los mapas y la literatura mundial por su proximidad geográfica al famoso Aracataca, que inspiro el mítico Macondo de García Márquez. Pero hace 10 años ese dato no amilano a un humilde maestro llamado Luís Soriano, y menos el día que decidió colocar sus 70 libros en las alforjas de sus dos burros, a los que más tarde llamó Alfa y Beto, y establecer un sistema de biblioteca ambulante para recorrer toda una zona devastada por la guerra.”

Soriano creía que llevando y prestando libros a la gente que no los tiene y enseñándoles a leer mejoraba las condiciones de vida de los habitantes de su empobrecida región y de Colombia. Por ese motivo en su recorrido semanal a lo largo del camino realiza numerosos paradas para leer fragmentos de los libros a los niños que le aguardaban para tomar en préstamo sus libros. Así en medio de ese clima de violencia, durante todos los fines semana de los últimos 10 años, su obstinación le ha hecho atravesar junglas, valles y ríos de una zona inmersa en una guerra civil y transportar a lomo de sus burros, miles de libros como novelas, textos, pesados tomos de enciclopedias, y diccionarios pertenecientes a su biblioteca personal los cuales ha ido adquiriendo con su modesto sueldo de 350 dólares mensuales.

Según Soriano “Biblioburro comenzó como una necesidad suya, luego fue una obligación, que después se convirtió en una costumbre. Ahora es ya una institución compuesta por un hombre y dos burros, que es lo mismo que diez patas”.

Soriano que nunca había viajado fuera de su comarca y menos del país, poco a poco ha traído el mundo a su tierra en los lomos de sus burros. Su novel iniciativa ha llamado la atención de importantes personalidades de la cultura y la educación en su país hasta el punto de que el director colombiano Carlos Rendón Zipaguata ha decidido hacer un documental sobre la historia de Luís Soriano y su Biblioburro.

Hasta tal punto ha crecido el sueño de Soriano que su fama ya no se limita a Colombia, ayer el prestigioso diario The New York Times publicó un artículo de Simón Romero sobre Biblioburro. La pequeña institución de Soriano ya cuenta con 4,800 libros y con 300 personas que regularmente toman prestados libros. También su fama le ha permitido viajar por primera vez hasta Bogota. Allí según sus palabras, aun medio impresionado por las colecciones y por el imponente diseño Art Deco del edificio de la Biblioteca Nacional se sintió ordinario y entendió de que su lugar esta en Biblioburro, con la gente de su tierra y con sus dos burros Alfa y Beto tan obstinados y comprometidos como él.

Biblioburro no es un cuento de García Márquez, es mucho más que eso … es una increíble historia de compromiso y solidaridad, también de la obstinación de este quijotesco colombiano de llevar esperanza y cultura por todos los rincones de su tierra. Demuestra que cuando el hombre tiene voluntad y se propone con sinceridad hacer cosas que mejoren la vida de sus semejantes no hay límites para su acción. ¡Que mucho podrían aprender todos nuestros bo-bos ministros, los políticos y los rebaños que les votan, de este gran hombre y de sus dos burros Alfa y Beto y de todo lo que han podido hacer por su gente! ¡Tanto con tan poco dinero y recursos, que hacen que todos ellos luzcan como una banda de analfabetos!”

jueves, 13 de agosto de 2009

El tintero mágico

INFORMANTE: Teresa Casado Montenegro (Fuente Obejuna, Córdoba)
RECOGIDO POR: Juan Ignacio Pérez

Tres muchachos que eran hermanos muy pobres salieron un día por esos caminos para buscarse la vida y se separaron en un cruce de caminos. Cada uno tenía que coger por un sitio a ver qué encontraban.
El mayor se encontró con un viejecito que le dijo:
-Dame algo, que no tengo nada para comer.
Y él le dijo que no.
Al hermano mediano también le pasó lo mismo y también le dijo que no. Y el pequeño le dio el trozo de pan que llevaba y el anciano, agradecido, le regaló un tintero mágico y le dijo:
-Cuando necesites algo, pídeselo al tintero así:
“Tinterito, tinterito,
por la salud que tienes
y la que Dios te ha dado,
haz que yo tenga tal cosa”.
El niño fue corriendo a contárselo a sus hermanos y ellos, comidos por la envidia, tiraron al hermano pequeño en un cañaveral. Así, su madre creería que habían sido ellos los que habían encontrado el tintero. Cuando llegaron y le pidieron algo al tintero se llevaron la sorpresa de que no aparecía nada.
Mientras, un pastor que pasaba por el cañaveral arrancó una caña y se hizo una flauta con ella, y cando la tocó vio que empezaba a cantar:
“Pastorcito que en brazos me tienes,
de cogerme vienes,
escucha mi buen son,
me mataron mis dos hermanitos
en la fuente romana
por un tinterito que traía yo”.
El pastor corrió la voz hasta que se enteró la madre del muchacho. Le dijo al pastor que si la dejaba tocar y la flauta empezó a cantar:
“Madrecita que en brazos me tienes,
de cogerme vienes,
escucha mi buen son,
me mataron mis dos hermanitos
en la fuente romana
por un tinterito que traía yo”.
La madre fue corriendo hasta el cañaveral y allí se encontró a su hijo malherido. Lo contó todo y los hermanos tuvieron que darle el tintero. Cuando el muchacho le pedía algo al tintero, enseguida aparecía. Y dejaron de ser pobres.
¿CONOCES OTRA VERSIÓN DIFERENTE DE ESTE TEXTO?
PUEDES DARLA A CONOCER ENVIÁNDOLA A info@weblitoral.com
(NO OLVIDES INCLUIR LOS DATOS IDENTIFICATIVOS: NOMBRE DE INFORMANTE, LOCALIDAD Y PERSONA QUE LA ENVÍA)
http://www.weblitoral.com/

Cinco cuentecillos

Cinco cuentecillos de nunca acabar

INFORMANTES VARIOS (provincias de Cádiz, Sevilla y Jaén)

RECOGIDOS POR: Juan Ignacio Pérez

Era un rey que tenía tres hijos,
las metió en tres botijos
y los tapó con pez [papel].
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
...
Este era un gato
con los pies de trapo
y la cabeza al revés.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
...
Había una vez un cura
que se montó en un coche,
que se tiró un pedo
y dijo: Buenas noches
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
...
Eran tres: un polaco, un inglés y un francés.
El polaco sacó su cuchillón
¿Lo mató o no lo mató?
(responde)
Yo te diré lo que pasó:
Eran tres...
...
-¿Quieres que te cuente el cuento de las habas verdes?
-Sí.
-Yo no te digo que sí, digo que si quieres que te cuente el cuento de las habas verdes.
-No.
-Yo no te digo que no, digo que si quieres que te cuente el cuento de las habas verdes.

Diez años de Imaginaria

En su texto “Ventana sobre la utopía” Eduardo Galeano nos dice que “ella”, la utopía, está en el horizonte; que si nos acercamos dos pasos, ella se va a alejar dos pasos. Si caminamos diez pasos, el horizonte se correrá diez pasos más allá. “Por mucho que yo camine nunca la alcanzaré”, dice Galeano. “¿Para qué sirve la utopía?”, se pregunta el escritor. “Para eso sirve: para caminar.”, concluye.

Hace diez años que con Imaginaria comenzamos a transitar una manera de acercarnos a una utopía.

Nos gusta expresarlo de esta forma, en términos de una “utopía” a alcanzar, de un ideal a concretar. Porque el anhelo de esa meta inalcanzable es lo que nos permite construir un camino posible para acercarnos a ella. Y en el transcurso de esa construcción nos vamos dando cuenta de que el esfuerzo y el trabajo valieron la pena.

¿De qué les estamos hablando? ¿Cuál es esa “utopía” que estamos tratando de esbozarles?

“Promover la lectura”, de eso se trata nuestra utopía.

Entendemos que “leer” es un derecho y, como tal, tiene que poder ser ejercido por todos los miembros de una comunidad. La posibilidad de leer tiene que estar al alcance de todos. Y todos nosotros, como mediadores que nos llamamos, como profesionales que nos movemos dentro de este territorio cultural, tratamos de alcanzar esa utopía: el ejercicio de la lectura para todos y cada uno de los seres humanos.

Los caminos para llegar a ella los vamos construyendo individualmente en la medida de nuestra posibilidades (a veces escasas) y también en la medida de nuestras circunstancias (a veces muy difíciles). Pero sabemos que esos caminos se entrecruzan y comunican en una red colectiva que los enriquece y afianza. Una red colectiva que alimenta la esperanza de saber que siempre nos estaremos acercando a nuestra utopía, que nos hace mantener la convicción de que hay que seguir andando y de seguir haciendo camino en ese andar.

Ahora bien, de qué manera se inserta Imaginaria en esta empresa de promover la lectura. Pensémoslo de la manera más simple: los mediadores necesitamos herramientas para realizar nuestra tarea. Necesitamos capacitarnos y estar informados sobre la literatura y los libros; nos sentimos precisados por reflexionar sobre las mejores maneras acerca de la mediación que vamos a ejercer entre los libros y los lectores. Pero esas herramientas no siempre están al alcance de todos los mediadores; algunas son de difícil acceso, otras son retaceadas. Imaginaria pretende ser una herramienta y, a la vez, una herramienta para llegar a otras herramientas.

Pensamos que la mejor manera de festejar estos 10 años de Imaginaria es con otro número más en la Web. Realizado con el mismo compromiso e idéntica dedicación que todos y cada uno de los 253 números anteriores.

Hacer Imaginaria es una tarea ardua y por momentos difícil de sostener por la escasez de recursos con que cuentan los proyectos culturales en la parte del planeta en que nos tocó vivir. Pero, a la vez, es un trabajo muy grato y reconfortante sabiendo que contamos con la cálida e insustituible compañía de colaboradores y lectores.

Y la utopía seguirá estando allí; la única forma de alcanzarla es ir tras ella. En eso estamos, construyendo juntos ese camino.

Roberto Sotelo y Eduardo Abel Gimenez


http://www.imaginaria.com.ar/?p=3024

martes, 28 de julio de 2009

JAVIER MARÍAS LA ZONA FANTASMA Cuando ya no se distinguen JAVIER MARÍAS 26/07/2009

Dije aquí hace un par de semanas que a una gran parte de la población mundial la verdad ha dejado de importarle. Me temo que me quedé corto y que lo que ocurre es aún más grave: una gran parte de esa población es ya incapaz de distinguir la verdad de la mentira, o, más exactamente, la verdad de la ficción. Y por ello, el antiguo dicho español “Calumnia, que algo queda” ha perdido sentido y se oye cada vez menos. Para empezar, si ustedes se fijan, el verbo “calumniar” se emplea ya rara vez, y hasta su significado ha empezado a desvaírse y difuminarse, como suele ocurrir con los vocablos que definen algo anómalo –un quebranto de la regla– cuando la anomalía pasa a ser normal y la regla. (Si todo el mundo mintiera y además lo hiciera sin cargo de conciencia ni temor a las consecuencias, el concepto mismo de mentira quedaría privado de sentido y ésta quedaría tan sólo, probablemente, como “una forma más de ejercer la libertad de expresión: camino de ello vamos, no se crean.) Hoy el dicho debería ser: “Calumnia, que nadie lo va a notar”, o “Calumnia, que tus calumnias acabarán nivelándose con la verdad”.

http://www.elpais.com/articulo/portada/distinguen/elpepusoceps/20090726elpepspor_13/Tes

martes, 21 de julio de 2009

La luna y Cuenca

Después de cenar el niño, rascándose una oreja, se acercó a su padre y, reclamando su atención, le preguntó: Oye, papi, ¿qué está más cerca, la luna o Cuenca? El padre, sin dejar de fijar su atención en el televisor, miró a su retoño con el rabillo del ojo y le contestó: Pero vamos a ver, Jorge, ¿tú desde aquí ves Cuenca?

http://blogs.publico.es/traduccioninversa/82/la-luna-y-cuenca/

lunes, 20 de julio de 2009

El PRINCIPITO

El segundo planeta estaba habitado por un vanidoso:

-¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme!

-¡Ah! ¡Ah! ¡Un admirador viene a visitarme! -Gritó el vanidoso al divisar a lo lejos al principito.

Para los vanidosos todos los demás hombres son admiradores.

-¡Buenos días! -dijo el principito-. ¡Qué sombrero tan raro tiene!

-Es para saludar a los que me aclaman -respondió el vanidoso. Desgraciadamente nunca pasa nadie por aquí.

-¿Ah, sí? -preguntó sin comprender el principito.

-Golpea tus manos una contra otra -le aconsejó el vanidoso.

El principito aplaudió y el vanidoso le saludó modestamente levantando el sombrero.

"Esto parece más divertido que la visita al rey", se dijo para sí el principito, que continuó aplaudiendo mientras el vanidoso volvía a saludarle quitándose el sombrero.

A los cinco minutos el principito se cansó con la monotonía de aquel juego.

-¿Qué hay que hacer para que el sombrero se caiga? -preguntó el principito.

Pero el vanidoso no le oyó. Los vanidosos sólo oyen las alabanzas.

-¿Tú me admiras mucho, verdad? -preguntó el vanidoso al principito.

-¿Qué significa admirar?

-Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico y el más ïnteligente del planeta.

-¡Si tú estás solo en tu planeta!

-¡Hazme ese favor, admírame de todas maneras!

-¡Bueno! Te admiro -dijo el principito encogiéndose de hombros-, pero ¿para qué te sirve?

Y el principito se marchó.

"Decididamente, las personas grandes son muy extrañas", se decía para sí el principito durante su viaje.
http://www.blogger.com/post-create.g?blogID=4164089370030847869

martes, 30 de junio de 2009

HIPO HIPANDO
A MI NOVIA
SE LO MANDO.

Y SI NO ESTÁ ALLÍ
QUE VUELVA A MÍ.

Francis Heredia

domingo, 28 de junio de 2009

El encuentro mágico: la lectura entre padres e hijos



por Carola Sabogal

La lectura es un placer sin igual para el alma y el pensamiento, y sus virtudes se realzan cuando padres e hijos la llevamos a cabo conjuntamente. No sólo les abrimos a los niños el camino a la imaginación, sino que también estrechamos los lazos que nos unen, estableciendo una relación especial y mágica con ellos. La lectura se convierte por lo tanto en el momento esperado y único que crea un mundo personal y exclusivo entre ambos.

Desde mi experiencia como madre de cuatro hijos, con la diversidad de sus personalidades y gustos, siempre la lectura ha sido una oportunidad de encuentro y de profundización en la relación con cada uno de ellos. Desde muy chiquitos los libros estuvieron siempre al alcance de sus manos, en formas y colores, en la tierna infancia y sobre todo en las lecturas nocturnas –muchas veces dramatizadas- que disfrutábamos en la habitación. Poco a poco cuando ya empezaban sus primeras letras, se fueron complicando las tramas, y leíamos de a dos, para estimular el aprendizaje, pero por sobre todo para nutrir la imaginación.

La lectura se volvía secreto cuando con un guiño decíamos “zápate” y la risa envolvía la casa o cuando hacíamos alguna reverencia “quijotesca” ante algún molino de viento que nos azotaba.

Conforme crecían, iban afirmando sus gustos: a este la aventura, a la otra lo romántico, a aquella lo reflexivo, pero de hecho cada uno sabía que podía encontrar una palabra de aliento en las historias que navegaban.

Los clásicos abundaron en la niñez y adolescencia de mis hijos, se los llevaba de a puntillas y los leíamos con avidez y respeto. Hubo que elegir con cuidado las ediciones ya que no todo lo que reluce es oro, y la síntesis de las obras no siempre resultan efectivas, por eso animo a los padres a ser selectivos en esto.

Hay épocas de desierto literario, en las cuales chicos y jóvenes se apartan de la lectura y enfocan sus intereses en otros ámbitos, pero no hay que alarmarse por esto, ya que si hemos sembrado con ellos desde pequeños el atractivo por leer, este surgirá nuevamente con fuerza cuando sean mayores.

Otra de las formas de adentrarse con los niños en la lectura es tomar como recorrido habitual una librería o una biblioteca – y hacerse socio- y recorrer los estantes con ellos, divertirse mirando las tapas y las imágenes. Es una suerte de ritual que luego ellos mismos terminarán haciendo con sus propios hijos. Y no les quepa duda que el aroma que se desprende de las páginas de un libro, será una de las sensaciones más hermosas que sabrán disfrutar.

Hoy en día el acoso casi extorsivo que hacen los medios de comunicación, y el uso constante de la informática hacen que niños y jóvenes se alejen del contacto con el libro, sin embargo, no pensemos que quedamos “mal” regalándoles un buena obra literaria, por el contrario, en las noches resurgirá esa magia que fue dada en la infancia y ellos mismos sabrán recobrarla.

Y hoy en día, mis hijos y yo mantenemos vivo este vínculo mágico de leer. Muchas veces son ellos los que me recomiendan algún libro y entonces siento que vuelven esas noches que abrigados bajo las sábanas éramos cómplices de un secreto único y fabuloso: el tesoro de la lectura.

DE LEERXLEER