lunes, 25 de mayo de 2009

Frases

Un libro hermoso es una victoria ganada en todos los campos de batalla del pensamiento humano.
Balzac, Honorate de
En muchas ocasiones la lectura de un libro ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.
Emerson
Un buen libro no sólo se escribe para multiplicar y transmitir la voz, sino también para perpetuarla.
Ruskin, John
El regalo de un libro, además de obsequio, es un delicado elogio.
Anónimo
La verdadera universidad de hoy en día es una colección de libros.
Carlyle, Thomas
Un hogar sin libros es como un cuerpo sin alma.
Cicerón, Marco Tulio
Un libro puede ser agradable con muchas imperfecciones y enojosísimos sin un defecto.
Goldsmith, Oliver
No es preciso tener muchos libros, sino tenerlos buenos.
Séneca
Un buen libro es patrimonio de todo el mundo.
Clemente XIX
Un libro es un regalo estupendo, porque muchas personas sólo leen para no tener que pensar.
Maurois, André
Un libro, como un viaje, se comienza con inquietud y se termina con melancolía.
Vasconcelos, José de
Los libros tienen los mismos enemigos que el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido.
Valery, Paul
Allí donde se queman los libros, se acaba por quemar a los hombres.
Heine, Heinrich
He buscado el sosiego en todas partes, y sólo lo he encontrado sentado en un rincón apartado, con un libro en las manos.
Kempis, Thomas De

DIDÁCTICA DE LA POESÍA


La poesía va siempre acompañada por el placer. El acercamiento del niño al poema es trabajo del adulto y para que esta experiencia sea positiva debe reunir algunas condiciones:

- La introducción al poema debe darse con un clima de distensión y tranquilidad mental.

- La lectura o interpretación del poema ha de efectuarse con inflexiones de voz, pero sin sobreactuación.

- No es preciso explicar las palabras desconocidas porque la captación por niños y niñas es total.

- Debemos manejar con habilidad el vínculo afectivo que debe establecerse entre los más pequeños y la obra.

- No es conveniente interrogarles para observar cómo y en qué medida el poema penetró en ellos; las preguntas destruyen estados internos afectivos.

- La vivencia no se concreta en el acto, sino que es un proceso de efectos progresivos.

- La trasferencia poética debe estar regida por la conciencia lúdica, compartida entre el emisor y el receptor, sobre todo en los primeros años. Es imprescindible recordar que el juego es el medio del que se valen niños y niñas para conocerse a sí mismos y al mundo de personas y cosas que les rodean.


http://personal.telefonica.terra.es/web/poesiainfantil/


http://icarito.latercera.cl/medio/articulo/0,0,38035857_0_200316675,00.html

La historia del papel


Según la tradición, el primero en fabricar papel, en el año 105, fue Cai Lun (o Tsai-lun), un eunuco de la corte Han oriental del emperador chino Hedi (o Ho Ti).


Imágenes

Papiro

El papiro se obtenía del tallo de una planta del mismo nombre. Los primeros libros sagrados se escribieron en este material.

Pergamino

El pergamino se realizaba en cueros de animales (terneros, cabras, etc.) blanqueados y tratados hasta lograr una superficie uniforme. A diferencia del papiro, el pergamino era mucho más durable y fue muy significativo en la cutura medieval.

Máquina de una planta papelera

Esta gran máquina de una planta papelera convierte pasta de madera en papel. La primera máquina de fabricación de papel fue desarrollada a principios del siglo XIX; en la actualidad continúan introduciéndose mejoras en los nuevos modelos.

El papel en términos generales es un material delgado que se fabrica por medio del entretejido de fibras de celulosa vegetal. Es utilizado tanto en la escritura como en la impresión.

Según la tradición, el primero en fabricar papel, en el año 105, fue Cai Lun (o Tsai-lun), un eunuco de la corte Han oriental del emperador chino Hedi (o Ho Ti). El material empleado fue probablemente corteza de morera, y el papel se fabricó con un molde de tiras de bambú. El emperador le había encomendado la misión de buscar nuevos materiales para escribir.

El papel más antiguo conservado se fabricó con trapos alrededor del año 150. Durante 500 años la técnica de cómo fabricar papel estuvo sólo en conocimiento de China.

En el año 610 se introdujo por primera vez en Japón y en el 750 en Asia Central. Posteriormente, por el año 800, apareció en Egipto, iniciándose su fabricación 100 años después.

Los egipcios y el papiro

Los egipcios usaron material vegetal en la fabricación de papiros y piel de cabra y oveja para los pergaminos.

El papiro alcanza entre uno y tres metros de altura. Las hojas son largas y los tallos son blandos y de sección triangular. La parte inferior del tallo es tan gruesa como un brazo humano. La médula del papiro era consumida hervida pero su principal uso fue en la elaboración de un material parecido al papel.

La fabricación era a partir de capas de la médula dispuestas longitudinal y transversalmente. Todo esto se impregnaba de agua, se prensaba y se secaba. Tras el secado el papiro se frotaba contra una pieza de marfil o una concha lisa. El tamaño fluctuaba entre los 12,5x12,5 centímetros y entre los 22,5x37,5 centímetros. Cada “papel” se unía a otro formando rollos de entre 6 y 9 metros.

Los egipcios escribían sobre el papiro en columnas de 7,6 cm de ancho, tamaño de la prosa literaria y en la poesía las columnas eran más anchas.

Los griegos, según algunos antecedentes conocían la técnica egipcia de la fabricación del papiro desde principios del siglo V a.C.

Europa conoce el papel

En Europa el papel fue introducido por los árabes, quienes en el siglo VIII hicieron prisionero en el Turquestán a soldados chinos conocedores de su fabricación.

El primer ejemplar escrito en papel es una carta árabe que data del año 806 que se conserva en la Biblioteca Universitaria de Leyden.

Los musulmanes mejoraron la técnica de producción del papel utilizando materiales como algodón, lino y cáñamo.

Entre las fábricas más antiguas de Europa figuran las de Játiva (siglo XII, Fabriano, Italia siglo XIII) y la de España instalada en el año 1150.

Con el pasar los siglos las técnicas se extendieron a otros países europeos. El papel podía ser confeccionado en grandes cantidades y a bajo precio.

Las características de este nuevo material era que a simple vista tenía aspecto algodonoso, tenía menos cuerpo y se desgarraba con facilidad. En comparación al pergamino, el papel es más ligero, suave y de superficie rugosa.

En un principio el papel fue utilizado como borrador de cartas, para tomar apuntes, prohibiéndose su empleo en documentos oficiales.

Los cultivos de cáñamo y lino se extendieron por toda Europa. Se perfeccionaron las técnicas del encolado y se mejoraron las máquinas, hitos que significaron la masificación de su uso. Era tan beneficioso que los mercaderes italianos lo dieron a conocer por todas sus rutas hasta que finalmente el pergamino fue reemplazado por el papel.

Aquellos edictos que prohibian su uso en documentos oficiales fue dejándose de lado y progresivamente comenzó su empleo en documentos notariales y cancillerescos.

En busca de la perfección

En el siglo XIII los holandeses inventaron una máquina que entregaba una pasta de mejor calidad, más refinada y en menos tiempo.

A mediados de siglo XV se inventó la imprenta y se conocieron los tipos móviles. Este hito significó el abaratamiento de la impresión de libros y estimuló la fabricación del papel.

El uso del papel aumentó en los siglos XVII y XVIII provocando una escasez de trapos, única materia prima conocida por los impresores europeos. Buscaron múltiples sustitutos pero ninguno alcanzó interés comercial. Simultáneamente, se intentó reducir el costo del papel por medio de una máquina que reemplazara el proceso de moldeado a mano en la fabricación del papel.

En 1798 el francés Nicholas Louis Robert inventó una máquina que abarataría los precios, y fue mejorada por los hermanos ingleses Henry y Sealy Fourdrinier en 1803.

Producir una materia prima barata era, hasta ese entonces, uno de los grandes problemas. Sin embargo, por 1840, se inventó la primera máquina que tenía por objetivo triturar la madera para fabricar pulpa. Diez años después se conoció el proceso químico para éste fin.

De aquí en adelante los futuros mecanismos sólo buscarían la perfección de la maquinaria existente, la utilización de nuevos materiales y la disminución de los tiempos productivos.

La industria papelera siempre ha estado en constante desarrollo y durante el siglo XX alcanzó elevados niveles de producción. Estados Unidos y Canadá son los mayores productores mundiales de papel, pulpa y productos papeleros.

domingo, 24 de mayo de 2009

Jaime Sabines Adán y Eva

II

-¿Has visto cómo crecen las plantas? Al lugar en que cae la semilla acude el agua: es el agua la que germina, sube al sol. Por el tronco, por las ramas, el agua asciende al aire, como cuando te quedas viendo el cielo de¡ medio- día y tus ¿Ojos empiezan a evaporarse. Las plantas crecen de un día a otro. Es la tierra la que crece; se hace blanda, verde, flexible. El terrón enmohecido, la costra de los vicios árboles, se desprende, regresa. ¿Lo has visto? Las plantas caminan en el tiempo, no de un lugar a otro: de una hora a otra hora. Esto puedes sentirlo cuando te extiendes sobre la tierra, boca arriba, y tu pelo penetra como un manojo de raíces, y toda tú eres un tronco caído. -Yo quiero sembrar una semilla en el río, a ver si crece un árbol flotante para treparme a jugar. En su follaje se enredarían los peces, y sería un árbol de agua que iría a todas partes sin caerse nunca.

martes, 12 de mayo de 2009

LUIS GARCIA MONTERO

La lectura es un ejercicio de emancipación individual que procura ponerse en el lugar del otro. En un tiempo definido por los poderosos medios de homologación de las conciencias que fijan la opinión, reivindicar la mirada individual del lector se convierte en un acto de rebeldía humana que conviene cuidar. En un tiempo que confunde el individualismo con el egoísmo, un ejercicio que nos invita a ser dueños de nuestras opiniones y sentimientos, pero en diálogo con los otros, puede ser considerado como la metáfora del lado más noble de la modernidad.

Los libros son espacios públicos donde se establece un diálogo entre las conciencias del autor y el lector. El escritor ordena su propio mundo al darle forma objetiva a sus pensamientos ante los ojos del lector, y el lector descubre su rostro particular, sus ilusiones y sus miedos, cuando acude a la cita propuesta por el autor. No faltan razones, y lo ha hecho de manera rotunda la tradición romántica, para denunciar el egoísmo mercantil escondido bajo los argumentos del contrato social que fundó la sociedad moderna. Pero es muy arriesgado olvidar del todo el lado luminoso de palabras como libertad, igualdad y fraternidad. La lectura, el pacto entre conciencias individuales que buscan un conocimiento compartido, sigue representando la mejor aspiración de una sociedad formada por ciudadanos, y no sólo por consumidores, contribuyentes y votantes útiles.

http://www.elpais.com/articulo/andalucia/lector/elpepiespand/20090509elpand_10/Tes

sábado, 9 de mayo de 2009

TIEMPO DE LLORAR

ROSA MONTERO

Una vida

ROSA MONTERO 05/05/2009


Un cabrilleo de agua y sol en el mar, o quizá en una piscina. El cuerpo caliente y esponjoso como pan recién hecho.


Sombras en la noche, una pesadilla. Las manos de tu madre encendiendo el mundo, disolviendo los monstruos. Ordenando las cosas.

Carreras jadeantes, frenéticas risas, juegos de niñez en patios retumbantes.

Melancolía aguda de lo aún no vivido. Intuición adolescente del resto de tu vida. Deliciosa tristeza.

La carne, un tesoro. El vertiginoso misterio de los cuerpos. El amor estallando como una supernova y dejándote ciego.

Y también el desamor: un agujero.

Una noche de agosto en pleno campo, un alboroto de cigarras, una luna llena de color naranja que parece el decorado de un teatrillo japonés, el tiempo por una vez piadosamente detenido. La plenitud, que siempre es sencilla.

Mirar a un amigo, mirar a tu amante y ver en sus ojos el pasado común. Contemplarte en los otros como en un espejo.

La serenidad que llega tras las lágrimas. Y también todas las risas compartidas, los momentos de juego, las carcajadas dichosas.

Todos los libros leídos, las músicas gozadas, los besos recibidos. Y una conversación una tarde de invierno comiendo chocolate frente a la chimenea.

La alegría de vivir. Y la fugaz y espléndida belleza.

Una noche de angustia. Intuición de la muerte. Una mano en la tuya. La cama es una balsa en mitad del naufragio.

Una novela leída al lado del lecho de un enfermo mientras llueve.

Torbellinos de polvo en un rayo de sol, un universo ínfimo.

Un cabrilleo de agua. El último chispazo.

Esta poca cosa, o esta enormidad, es una vida.

viernes, 8 de mayo de 2009

La Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de La Rioja (FAPA) recomienda 20 cuentos 20 de 2009

1 “Tener un patito es útil” Isol. Fondo de Cultura Económica, 2007 (Desde 2 años hasta 6)

2 “Ernesto y Celestina han perdido a Simeón” Gabrielle Vincent. Mare Nostrum, 2008 (3-6)

3 “La puerta” Michel Van Zeberen. Corimbo, 2008 (3-8)

4 “Las aventuras de la familia Melops” Tomi Ungerer. Anaya, 2008 (4-8)

5 “La historia de la manzana roja” Jan Lööf. Kalandraka, 2008 (4-8)

6 “Manuel y Didí” Edwin Moser. Ediciones Gaviota, 2005 (4-8)

7 “Luna quiere un bebé” Thierry Lenain; ilustraciones Delphine Durand. Edelvives, 2005 (4-8)

8 “El cuento de Navidad” Charles Dickens; versión de David Montserrat; ilustraciones Javier Andrada. La Galera, Pequeños universales. 2007 (6-9)

9 ¿Dónde esta el pastel? Thé Tjong-Khing. Blume, 2008 (6-9)

10 “Los cuentos de Shakespeare” Charles y Mary Lamb. El Aleph, 2006 (10-99)

11 “25 cuentos populares de los 5 continentes” Edición de Ramón Besora; ilustraciones Carmen Segovia. Siruela, 2007 (8-12)

12 “Mala baba: antología malvada de poesía folklórica infantil española” Miguel Salas Díaz. Ajonjolí, 2007 (4-9)

13 “Enigmas en todos los pisos” Paul Martin. San Pablo, 2008 (7-12)

14 “El pulpo está crudo” Luis M. Pescetti. Alfaguara, 2007 (7-12)

15 “Selma”Jutta Bauer. Los cuatro azules, 2008 (9-99)

16 “Caca: una historia natural de lo innombrable” Nicola Davies. Lynx, 2008 (7-99)

17 “Cuentos del cuervo de Arabel”. Joan Aiken. Alfaguara, 2002 (7-12)

18 “La composición” Antonio Skármeta; ilustraciones Alfonso Ruano. Ekaré, 2000 (12-99)

19 “El baile”. Irene Nemirovsky. Salamandra, 2007 (12-99)

20 “Desencuentros” Jimmy Liao. Barbara Fiore, 2007 (12-99)

miércoles, 6 de mayo de 2009

La primavera en el plato


Las flores comestibles brotan en los menús de los cocineros

ROSA RIVAS - MADRID - 29/03/2009


Las flores son algo más que un adorno en la mesa o un puñadito de pétalos para digerir en infusión. Se han convertido en un ingrediente más del plato. Chefs reconocidos y huertos especializados han hecho de las flores comestibles sus señas de identidad y se abren paso en mercados y cocinas sibaritas. El mundo anglosajón no es ajeno a esto (la cantante Marianne Faithfull ya utilizaba pensamientos en sus ensaladas hace una década) y los paladares franceses encontraron una vía de seducción vegetal con la mítica Gargouillou de Michel Bras en los años ochenta, con otros seguidores como Marc Veyrat.



Pero en el panorama español hay unos cocineros para quienes las flores comestibles suponen algo más que una moda y en cuyas obras lo natural alcanza su máxima expresión. "Tras el uso de las flores y las hierbas se esconde una declaración de intenciones. Son bellas, delicadas, sutiles y, en muchos casos, no se pueden comprar y hay que cultivarlas o recogerlas en el campo. Usarlas es una forma de compensar el esfuerzo y las expectativas de unos comensales que no solamente nos pagan con dinero", afirma Andoni Luis Aduriz, chef de Mugaritz y autor de dos libros reveladores sobre la aplicación culinaria del universo vegetal, Clorofilia y Diccionario botánico para cocineros. Uno de sus platos emblemáticos, Flores, flores, flores, está protagonizado por una "flor desconocida" que todo el mundo usa: la alcachofa.

El restaurante del cocinero vasco (www.mugaritz.com) tiene huerto propio. "Hay más de 120 referencias de flores, brotes y verduras. Desde el cilantro o el sansho [un arbusto japonés], hasta el lirio de un día [de pétalos carnosos], la cedrela [cuyos brotes tienen aroma y sabor de la piel de cebolla] o el ajo de oso", cuenta su responsable, Leire Etxaide. Para ella, "es muy sutil e incluso muy sensual la presencia de una flor en el plato".

Otra apasionada de las flores y pionera en su uso culinario es Montse Estruch (www.elcingle.com). "Las hierbas aromáticas de mi pueblo de Vacarisses, las flores de saúco rebozadas como buñuelos, los pétalos de las rosas cristalizadas, las violetas, las flores de los almendros, las flores de las habas de los guisantes, de la borraja que crece en mi huerto, del ajo silvestre...", son algunos de los ingredientes que, para la cocinera levantina, son tan importantes "como la esencia del aceite de oliva".

Vecino y colega de mezclas vegetales y mediterráneas es Quique Dacosta (www.elpoblet.com). Uno de sus platos estrella es precisamente Primavera, en el que "el dulzor yodado de la quisquilla marida a la perfección con las flores". Orquídeas, campánulas, tagete, oxalis, flor de saúco, hibiscus, son parte de su materia prima, donde tiene sitio preferente el aloe vera.

Además de las laderas del Montgó, Dacosta obtiene joyas vegetales del Huerto del Cura (www.huertodelcura.es), en Elche. Una de sus grandes tentaciones es la flor de azahar de distintos cítricos (naranja, limón, mandarina, cidra), pero su catálogo ofrece bastantes posibilidades exóticas (como la anémona de tierra o la carissa, plantas semidesérticas) para cocineros inmersos en la gastrobotánica. Término con el que se identifica su responsable, Santiago Orts. "Nuestro mejor cliente es El Bulli, consume hasta hojas de mandarino", explica, "seguido de Rodrigo de la Calle, Mugaritz, Abac y El Poblet".

También pionera (desde 2004) en el cultivo de flores comestibles es la empresa de agricultura ecológica Sabor y Salud (www.sabor-salud.com), radicada en la Axarquía (Málaga). Además de distribuir a la alta cocina, en su tienda por Internet los curiosos pueden nutrirse de un centenar de variedades de flores.


Conectar con los más Pequeños FERRAN RAMON-CORTÉS 26/04/2009

A menudo hablamos a los niños como si fueran adultos. Error. Hay que cambiar el código. Sustituir la explicación conceptual por la narración simbólica, por cuentos e historias. Echarle imaginación. Es eficaz y estimulante.

Cuando mi hija empezaba a leer, un día, libro en mano, me preguntó:



“Cuando explicamos historias a los niños, además de enseñarles algún concepto, establecemos un fuerte vínculo afectivo”

–Papá, ¿qué es generoso?

Se lo intenté explicar lo mejor que pude. Le conté que ser generoso consiste en dar a los demás, en compartir las cosas, en no quererlo todo para ti…

–¿Lo has entendido? –le pregunté.

Al tiempo que corría por el pasillo hacia su habitación, oí que me contestaba:

–Creo que sí.

Pasaron algunas semanas, y una tarde me volvió a preguntar:

–Papá, ¿qué era lo de generoso?

Batalla perdida, pensé. Quizá lo había entendido en su momento, pero evidentemente no lo había interiorizado, y por ello ya no lo recordaba. Probé con otra estrategia: en lugar de insistir con mis explicaciones, le conté una historia. Un ejemplo de generosidad de una persona muy cercana a ella: su abuela. Escuchó atentamente mi relato con los ojos abiertos como platos y con una gran sonrisa en sus labios. Yo noté que esta vez algo se estaba moviendo dentro de ella.

Algunos meses más tarde, volviendo de la escuela me dijo:

–¿Sabes, papá?, hoy en el cole hemos hablado de lo de ser generoso. Y yo les he dicho: “Como mi abuela”.

Ahora estaba seguro: no sólo lo había entendido, sino que probablemente lo recordaría para siempre.

Conectando con los niños.

“La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento”

(Anthony de Mello)

Como adultos, estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales. Un código de comunicación que compartimos y que permite que nos entendamos perfectamente entre nosotros. Lo utilizamos cuando nos comunicamos entre adultos y, por extensión, lo utilizamos también con los niños. Pero la mente infantil es poco receptiva a este código. A los niños les cuesta entrar en el significado de los conceptos, y aunque los pueden entender, difícilmente los recuerdan por mucho tiempo. Las explicaciones conceptuales calan muy poco en sus mentes infantiles, y les llegan muy poco. Por eso nos parece que tenemos que repetirles doscientas veces las cosas para que las asimilen, cuando lo que ocurre es que no les interesa lo que les contamos. Y es que sin darnos cuenta, les hablamos en un código de adultos que los adultos entienden y comparten, pero que a ellos les es completamente ajeno.

Pero comunicarnos con los más pequeños no es difícil. Exige solamente un cambio de código. Hemos de abandonar las explicaciones conceptuales y cambiarlas por la narración simbólica, es decir, las historias, los cuentos, las metáforas, las vivencias, o cualquier otro recurso narrativo que se nos ocurra.

Podemos explicarle a un niño veinte veces la necesidad de comer verduras. Ni le interesará ni lo comprenderá realmente. Pero una buena historia, con un héroe alimentado de verduras (al más puro estilo de Popeye y sus espinacas), le transmitirá perfectamente la idea, y no lo olvidará fácilmente.

El poder de las historias

“La mente es una criatura metafórica” (Michael A. Arbib)

La mente de los niños es especialmente sensible a la fantasía. Y lo que es más importante, como son muy listos, son perfectamente capaces de conectar esta fantasía a su vida real aprendiendo de las historias.

Las historias comunican mucho más que las meras explicaciones. En primer lugar, porque el niño las visualiza, las imagina, las vive. Las hace suyas, atesorándolas y fijándolas en la memoria. En segundo lugar, porque conectan con sus experiencias y con todo lo que ocurre a su alrededor. El niño le da significado a la historia estableciendo precisos paralelismos con su vida. Las historias conectan con vivencias y realidades que son únicas e individuales de cada niño que las recibe. Y en tercer lugar, porque las historias mueven emociones, cosa que difícilmente hace una mera explicación. Mover sentimientos es una clave esencial para fijar el recuerdo. No sólo en los niños, también en los adultos, las cosas que sólo se entienden, se olvidan. Las que además se sienten, se recuerdan para siempre.

Cómo educar y transmitir valores

“Los cuentos son para los niños una parábola de la vida”

(doctor Eduard Estivill)

Los niños se encuentran inmersos en pleno proceso de desarrollo de su personalidad. Es un momento crucial para que entiendan el significado de determinados valores y para que den sentido a sus comportamientos. Es una etapa en la que necesitan información y quieren comprender el significado de muchas cosas que ocurren a su alrededor. Nosotros, como adultos, también nos vemos en la necesidad de explicarles muchas cosas que no son fáciles de explicar.

La separación de los padres de un amigo, la llegada al mundo de un nuevo hermano, un compañero de clase que viene de un país lejano y no habla nuestro idioma, la muerte de un abuelo… Hay mil cosas que vamos a tener que explicar a los niños porque son situaciones que ya están viviendo o que un día les tocará vivir.

A veces no sabemos ni cómo ponernos a ello. Sin embargo, es mucho más fácil de lo que parece. Tenemos que atender a su lógica. Los niños son extremadamente listos. Y tienen una lógica aplastante. El primer día que fuimos a esquiar, mi hijo de cuatro años andaba buscando la tele del telesilla: “¿Los telesillas no son sillas con tele?”, me preguntó.

No caiga en la tentación de explicarle que tele significa lejos, que televisión es una visión remota o que telesilla son sillas que te permiten cubrir una cierta distancia. Conecte con su lógica y métase de lleno en su fantasía. Es usted quien ha de ir a su mundo, no traerlos a ellos al nuestro… Todavía…

Nos basta con buscar, o inventar, una buena historia. Una historia que haga que el niño se meta en la situación que le queremos contar. Que la viva en su imaginación y la llene de fantasía. Si lo hacemos así, nos daremos cuenta de que las preguntas vienen solas e inmediatamente al término de nuestro relato, prueba de que la historia ha despertado en el niño lo que tenía que despertar.

Van a continuación tres estrategias para conseguir de los niños lo que tanto nos cuesta aplicando nuestro esquema:

Cuentos para transmitir afecto. Cuando explicamos historias a los más pequeños, además de educarles o enseñarles algún concepto (si la historia está pensada para ello), obtenemos un beneficio adicional: establecemos un fuerte vínculo de afectividad. A través de un cuento compartimos con el niño un espacio de fantasía que él aprecia y valora especialmente. Y de alguna manera, nosotros mismos acabamos siendo parte de la historia. Porque el cuento tendrá los matices y la fuerza que le demos a través de nuestra entonación, de nuestra particular manera de contarlo. Eso genera mucha complicidad con los pequeños, que querrán que les repitamos el cuento una y otra vez, exactamente con las mismas palabras, con las mismas inflexiones, sólo para disfrutar del momento.

Es un efecto que, si nos paramos a pensarlo, no nos resulta ajeno. Porque es exactamente igual a lo que nos pasó a nosotros de pequeños con los cuentos de nuestros padres y que esperábamos con impaciencia cada noche.

para mantener el recuerdo. Es bueno que los pequeños conozcan a sus antepasados, que tengan una historia familiar y que conozcan toda la saga. Es bueno también que recuerden a los que ya nos han dejado y a los que han tenido un papel especial en sus vidas. Todo esto lo podemos contar también con las historias. Historias que haremos a medida y en las que los personajes y los héroes serán estos familiares a los que queremos recordar.

El recuerdo contiene siempre una importante dosis de distorsión. No nos debe preocupar aportar, además, una buena dosis de fantasía. Lo importante es asegurarnos de que lo mantenemos vivo.

para establecer unas reglas. Otro aspecto fundamental en la comunicación con los niños es el establecimiento de normas o pautas de conducta. También aquí el código que utilicemos será crucial.

Es difícil que un niño entienda que debe despertarse a las 7.15, que tiene que estar desayunando a las 7.35 y que a las 8.00 hay que salir hacia la escuela. Se lo podemos repetir cien veces, que no lograremos mucho. Y recordar las normas cada mañana, al tiempo que nos enfadamos porque vamos con retraso, no ayuda mucho. ¿Cómo puede hacerse cargo un niño de lo que significa todo esto? Hacer un juego de todo ello es mucho más efectivo. Marcar en el reloj de la cocina una gran línea roja, jugar a acercarse a la línea, hacer de los últimos minutos unos momentos de máxima expectación y premiar con un punto la victoria, convierte la norma en un reto. Y hará que la recuerden y, sobre todo, la aprendan.

¿Que no estamos muchas veces para juegos? Debemos saber que si recurrimos a la norma explícita y a la bronca, no la acabarán de comprender. Sabrán que les están riñendo, pero no sabrán exactamente por qué, ni qué tienen que hacer para solventarlo. Es cierto que no todas las normas admitirán un juego, pero sí una dosis de fantasía, una metáfora o una pequeña historia. Y es bueno que lo hagamos, porque es su lenguaje, y lo que queremos es que nos entiendan.
http://www.elpais.com/articulo/portada/Conectar/Pequenos/elpepusoceps/20090426elpepspor_5/Tes